Foto y texto: 19 de septiembre de 2024Â
Como siempre, estaba navegando por internet y me topé con la historia mas conmovedora e inspiradora que he leÃdo y que hoy me tienen haciendo este especial de «Crónicas del cambio» porque quiero seguir contando historias de una Colombia posible de la mano de todos.
Asà comenzó todo…
Cuenta Gustavo Bolivar en su cuenta de X que en enero el presidente Gustavo Petro habia comprado unas tierras (700 hectareas) en codazzi para entregarlas a 40 familias desplazadas, la finca el Toro albergaba ahora a ese numero de personas con la ilusión de comenzar de nuevo luego de que la violencia les habÃa quitado todo.
El 4 de mayo llegó BolÃvar a la finca y hablando con los niños ellos le contaban que tenÃan que caminar 12 km para poder ir a la escuela, si 12 km a pie, esas son las distancias que muchos niños deben caminar en esa Colombia profunda, esa Colombia olvidada por nuestros afanes del diario vivir, esa Colombia de nuestras raÃces.
Atónito y sorprendido de esta situación BolÃvar consultó con su equipo si era posible tener una escuelita en poco tiempo para ellos, pero antes de saber la respuesta a su pregunta el ya habÃa dado el anuncio, se habÃa comprometido que si en seis meses no tenia la escuela lista renunciaba a su cargo, craso error dirÃan los expertos que anteriormente han ocupado el cargo de prosperidad social, son muchos estudios técnicos, consultar presupuesto, logÃstica y demás que harÃan imposible en ese tiempo pactado terminar un proyecto ambicioso y «costoso» (como nos tienen acostumbrados).
Dicen que el pez muere por la boca
La inocencia y las ganas de hacer realidad ese cambio que quiere BolÃvar para Colombia lo metió en tremendo lÃo, hacer mover el estado con rapidez es tarea difÃcil comenta Gustavo, yo agregarÃa «…y Titánica». Muchas cotizaciones, estudios previos, estudios de mercado, convenio interadministrativo con la alcaldÃa, licitación, publicación de pliegos, selección, contratos, esperar a que hacienda desembolse, estudios, planos, aprobación de los planos, interventorÃa, estampilla, construcción, etc. etc. Y etc. No es fácil y hay mucha tramitologÃa en medio para poder hacer las cosas con el estado, ese estado que bien merece un cambio, pero de eso hablamos en una próxima.
Preocupado por la situación y por no quedar mal a los niños de la finca del Toro, BolÃvar decidió ir a hablar con el alcalde Hernán Baquero RodrÃguez del partido conservador y este le paro bolas, quedaron en que si el alcalde colocaba la placa de concreto, BolÃvar ponÃa sobre ella la escuela y asà fue, mes y largo después ya el alcalde habÃa cumplido y los niños ya tenÃan su primer gran avance, la placa estaba lista y BolÃvar tenia ahora la misión de en menos de 4 meses terminar la escuela, tocaba ponerse creativos y si o si pensar en métodos poco convencionales.
Todo era ahora, una contrarreloj…
Pensando encontró una manera limpia, amigable con el ambiente, rápida de armar, de ladrillo plástico y con estructura metálica resistente a diferentes situaciones climáticas, y lo mejor quedaba lista e instalada en un mes y diez dÃas, increÃble pero BolÃvar no tenia mas opciones sino que mantener la fe, puesto que era la alternativa más rápida para poder cumplirle a los niños.
En tres dÃas estuvieron listos los planos, decidieron hacer dos salones con capacidad de 30 niños cada uno y una habitación para el profesor entendiendo que tenia que pernoctar en el colegio de lunes a viernes y en menos de un mes ya estaba la escuela en una tractomula camino a Codazzi, la escuelita llego tres dÃas después de haber salido de Bogotá y de inmediato con la ayuda de la comunidad comenzó su instalación.
El sueño de poder coexistir…
Los niños con sus ojos ilusionados veian como poco a poco entre todos armaban la escuelita que les habian prometido hace 4 meses atrás y eso es lo que quiere uno cuando le prometen cosas, los resultados, ese es el cambio que deseamos ver todos los colombianos, ver a alcaldes, gobernadores y gobierno nacional aunque de vertientes polÃticas distintas, unidos por ese sueño de los niños del paÃs, un sueño donde podamos vivir en paz, coexistiendo con el otro y viendonos progresar y juntos poder salir adelante, me falto decir que la alcaldÃa puso las placas de concreto, la secretaria de educación del cesar puso los pupitres y ya hoy inauguraron la escuelita.
Como dice BolÃvar: «no hay cosa que te hinche mas el alma que la promesa cumplida», cabe anotar que todo el proyecto tomo al rededor de 100 millones de pesos con transporte incluido, y que todo salio del bolsillo de BolÃvar ya que como prometió iba a donar su sueldo, sus seis primeros meses en esa cartera es donado para cumplir su promesa de no vivir del estado, es bueno ver que hay personas que si creen en el cambio y es mejor cuando ellos están gobernando, me conmovió esta historia y querÃa compartirla con ustedes, ahora quiero que vean la ilusión de esos niños cuando un gobierno humano llega en paz a hacer realidad el cambio.
Etiquetas: Finca El Toro, Gobierno del Cambio, gustavo BolÃvar, Gustavo Petro, Hernan Baquero Rodriguez, Prosperidad Social
Finca El Toro, Gustavo Bolivar hablando con la comunidad, tomado de su cuenta X